Fernández descarta presentar un nuevo presupuesto y asume el fracaso

El presidente del Gobierno de Asturias, Javier Fernández, ha dicho hoy que el Ejecutivo regional descarta "absolutamente" presentar un nuevo proyecto de Presupuestos para 2014 y ha añadido que "reconoce y asume" la derrota por el rechazo parlamentario a las cuentas regionales.

Así lo ha manifestado en rueda de prensa al término de la reunión extraordinaria celebrada hoy por el Consejo de Gobierno, en la que ha subrayado que la responsabilidad del acuerdo presupuestario no es únicamente del equipo de gobierno puesto que "el rechazo es también una responsabilidad compartida", en alusión al resto de partidos.

Sobre las dos consecuencias que tendrá la prórroga presupuestaria a la que se verá abocada la comunidad autónoma el próximo año tras el rechazo obtenido ayer en la Junta General por el proyecto de Ley de Presupuestos, ha afirmado que "los ingresos se aminoran" y "la gestión será menos ágil".

Además, ha manifestado que este mismo mes debería quedar aprobado el decreto de prórroga presupuestaria y en febrero de 2014 tendría que estar finalizada la aprobación de crédito extraordinario.

"Con prórroga se puede y se debe de gobernar", ha reseñado Fernández, que ha subrayado el rechazo de la formación socialista a la Ley Electoral como "elemento fundamental" de cara a la falta de acuerdo presupuestario.

Respecto a este asunto, ha incidido en que es "evidente" que ha sido UPyD quien "no ha cumplido" el pacto alcanzado entre socialistas y la formación magenta, y ha expresado su convencimiento de que "si hubiera habido Ley Electoral, hubiera habido Presupuestos".

En su opinión, la legislación electoral actual fue aprobada por "mayoría absoluta", por lo que considera imprescindible que la reforma de la misma necesita "algo más que una mayoría mínima".

UPyD "se levantó del asiento sin pedir nada", ha proseguido el máximo responsable del Ejecutivo, que ha acusado a la formación magenta de haber abandonado la negociación cuando "prácticamente" no se había iniciado, y de anunciar una enmienda de totalidad "un día antes de que el proyecto entrara en el Parlamento".

En referencia a IU, ha indicado que planteó términos de carácter fiscal, que ha matizado puede ser "legítimos" pero que no llevaban a la aprobación de las cuentas, y ha añadido que "Asturias estaría ahora igual" pese a haber aceptado parte de esa propuesta fiscal.

En el planteamiento del PP, a juicio de Javier Fernández, "en el fondo no había ninguna voluntad de negociar", y ha advertido de que era "prácticamente un programa de máximos" en el capítulo de ingresos.

Sobre Foro, el presidente del Gobierno asturiano ha revelado que no confiaba en que pudiera alcanzar un acuerdo con este partido, al que ha situado en la dinámica de "cuanto peor, mejor" y en la de "tierra quemada".

Ha declarado que los ciudadanos estarán "desconcertados" ante las "réplicas y contrarréplicas" que ofrecen los distintos partidos en un escenario que ha calificado de "fracaso de la política" en el que, ha dicho, "habrá que intentar compensar administrando la prórroga sin intereses electorales".

Fernández ha rechazado la elaboración de un nuevos proyectos de las cuentas regionales porque supondría "dilatar la prórroga en el tiempo", algo que la comunidad no se puede "permitir".

Ha pedido a la titular de Hacienda, María Dolores Carcedo, que se reúna con el resto de consejeros del Ejecutivo asturiano para ver la incidencia que la prórroga tendrá en sus respectivos departamentos y "aminorar" la incidencia de la misma.

"Apelo a la responsabilidad de los grupos parlamentarios", ha insistido el presidente autonómico en defensa de unas prioridades determinadas por "salvaguardar los servicios públicos y la regeneración del empleo".

Se puede gobernar, y "en este caso se debe", ha respondido, para "no llevar a Asturias" a unas terceras elecciones en esta legislatura.

A los consejeros les ha conminado a que "agilicen" los proyectos de ley a remitir al Parlamento, y ha reclamado "a todos responsabilidad y que arrimen el hombro en este momento" en el que la fragmentación "hace difícil gobernar".