Foro Oviedo acepta la dimisión de la concejal Belén Arganza

Sigue sin concretar quién la sustituirá

La Comisión Promotora de Foro Oviedo ha aceptado la dimisión de la concejal Belén Arganza, quien el pasado viernes puso su cargo a disposición del partido tras ser condenada a una multa de 300 euros por una falta de vejaciones al llamar "sudaca de mierda" a un inmigrante colombiano tras un altercado de tráfico.

En un comunicado, la Comisión Promotora ha expresado "su apoyo a Belén Arganza, quien ha entendido que la dimisión le deja las manos libres para continuar con su defensa legal y poder así probar su inocencia sin ataduras al margen de intromisiones partidistas y del linchamiento mediático que ha padecido durante los dos últimos meses".

A juicio de la presidenta de la Comisión Promotora, Patricia Diez Isla, Belén Arganza ha demostrado con su decisión "que las personas que pertenecen a Foro no se aferran a sus cargos, y da ejemplo de lealtad a su partido y a sus compañeros, dejando en evidencia a otros políticos asturianos que a pesar de ser condenados por sentencia firme se han negado a dimitir".

A este respecto, también se ha referido a los dos concejales no adscritos que abandonaron Foro, "pero sin dejar su acta de concejal, convirtiéndose en tránsfugas, representando única y exclusivamente a sus propios intereses".

La sentencia del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo señala que Arganza y su acompañante, a la que se impone una multa de 60 euros y que también fue condenada por conducir bajo los efectos del alcohol, estacionaron el vehículo en el que viajaban en la explanada situada en el Alto del Naranco donde se encontraron al denunciante.

Éste les reprochó que durante el trayecto el coche siguiera una trayectoria zigzagueante y se inició entonces una discusión en la que Arganza lo llamó "sudaca de mierda" y "puto emigrante de mierda", a la vez que le advirtió de que era concejala y lo amenazó con hacerlo deportar, según el fallo.

Tras la discusión, el hombre, cuya versión fue respaldada por un agente de la Policía Nacional que se encontraba en el lugar de los hechos, llamó a la Policía Local, que registró la grabación en la que se escuchaba también a la acompañante de la concejala llamaron "síndrome de Down".

Durante el juicio, la concejala aseguró no haber insultado a nadie, que fue el denunciante quien las increpó y que días después una tercera persona la llamó para pedirle 5.000 euros "para arreglar las cosas".