Un gijonés de 19 años, becado por la Boston Ballet School

Empezó a bailar mayor (con 16 años), pero no ha perdido el tiempo. El día que Alberto Blanco Pérez entró, improvisadamente, en la Escuela de Danza Karel, buscaba un hobby, y lo que encontró fue la pasión de su vida. "Recuerdo cada ejercicio de aquella primera clase... Me encantó". Tampoco olvida aquel día la que fue su primera profesora. "Vi que tenía ganas de participar, así que le pedí que se quitara los zapatos... Y me sorprendió porque enseguida empezó a coger los pasos", cuenta Ana Losa Rodríguez.

Aunque estaba acabando el curso, a Alberto le dio tiempo a prepararse un examen con el que accedió a 2º de grado medio. Un año después, al término de un cursillo de verano en Madrid, el coreógrafo Víctor Ullate le ofreció una beca para estudiar en su escuela. "Ni me lo pensé dos veces, le dije que sí. Víctor me respondió "bueno, tú consúltalo con tu madre...". Pero nada, nada, le dije que sí", explica el joven.

Tras dos años aprendiendo con Ullate, se presentó a una audición para la Boston Ballet School en la que obtuvo otra beca, así que allí está pasando este curso. "Es otro mundo. Hay dinero para la danza, la gente hace donativos... Y puedo actuar con la compañía. Son bailarines geniales... Es una oportunidad muy grande", afirma ilusionado.

En diciembre participó con el Boston Ballet en las 40 funciones que ofrecieron del Cascanueces. Su sueño es "vivir de la danza... Como bailarín, como profesor o coreógrafo, pero vivir de la danza", y en ello pone todo su empeño. "Llego al aula unas dos horas antes de que empiece la clase porque me gusta calentar tranquilo". En la escuela que lo descubrió, Karel, no dudan de que llegará lejos porque "tiene ángel. Desde el primer momento lo ves bailarín, en la forma de moverse... Posee unas condiciones musicales muy buenas y, sobre todo, es un gran trabajador y tiene unas ganas de superarse increíbles", subraya Ana Losa.