La Universidad de Oviedo crea un sensor capaz de identificar cáncer de próstata

Trabajan en biomarcadores que puedan anticipar infartos de miocardio

Un equipo del departamento de Física de la Universidad de Oviedo ha desarrollado un sensor de nanopartículas magnéticas para detectar concentraciones anómalas de organismos que indiquen algunas enfermedades.

El desarrollo inicial consiste en un sensor que combina líquidos magnéticos con los fluidos a analizar, como puede ser la sangre. La superficie de esos nanoimanes está preparada para atraer en concreto una proteína determinada, una bacteria, un o un virus. Mezclados ambos líquidos, se toma la muestra.

De momento, se está probando con dos analitos o marcadores de determinadas enfermedades. Uno de ellos es la proteína PSA, cuya concentración en hombres puede indicar un cáncer de próstata.

En la reducción del tamaño del sensor es en lo que ahora trabajan los ingenieros electrónicos. Tendrán el primer prototipo en unos tres años, y podrá usarse en los centros de salud, sin enviar las muestras a laboratorios.

Reducción de tiempos y costes, que es aplicable a otros análisis como, por ejemplo, detectar infartos de miocardio, algo en lo que ya avanza el equipo.

El proyecto Biospion recibe financiación estatal, autonómica y del Ayuntamiento de Gijón.  

La aplicación del sensor no se limita a la salud humana. Puede utilizarse para localizar microorganismos contaminantes en agua y otros fluidos y también en ganadería.

Junto con el Serida, han ramificado la investigación hacia la tuberculosis bovina. El problema no son las ganaderías, donde la enfermedad está prácticamente extinguida, sino la fauna salvaje, que utiliza los bebederos de las vacas y puede contagiarlas.

Ya se vacunan jabalíes y tejones contra la tuberculosis bovina, pero sólo con un aparato portátil se podrían tomar muestras en el monte y saber al momento si están o no contagiados.