Presentan el libro "La cueva de El Sidrón"

El coordinador de la investigación de la cueva de El Sidrón, Marco de la Rasilla, ha manifestado hoy que podría haber otros yacimientos en el entorno de este asentamiento piloñés, y ha precisado que los restos de neandertales estudiados corresponden "al menos a doce personas, corpulentas y de estatura media" en este emplazamiento hace "49.000 ó 50.000 años".

Estos son algunos de los datos recogidos en el libro titulado "La cueva de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias), presentado hoy por la directora de la Oficina de Planificación y Gestión del Patrimonio Cultural, Eva Sánchez, y De la Rasilla, que recoge la investigación interdisciplinar llevada a cabo en los últimos diez años sobre el grupo neandertal.

La publicación incluye, junto a De la Rasilla, a Antonio Rosas, Juan Carlos Cañaveras y Carles Lalueza-Fox como editores de la monografía Excavaciones Arqueológicas en Asturias, publicado por la Consejería de Cultura y Turismo del Principado.

A juicio del coordinador la investigación del grupo neandertal adquiere especial relevancia por tratarse de un trabajo "interdisciplinar" recopilatorio de lo que "han dicho" distintos ámbitos como la geología, la arqueología, la antropología y la genética.

Ha destacado que "los huesos que están dentro llegan de alguna manera" y que "lo primero que hay que ver es cómo llegan allí", a cuya cuestión sigue la fase de "conocer las características", que según han revelado los estudios genéticos, han permitido tener el conocimiento de aspectos como que "alguno era pelirrojo".

También han desvelado detalles como que aquellos habitantes hacían "herramientas para ser canibalizados", como muestran "algunos de los restos, aunque no todos".

El canibalismo puede ser de muchos tipos, por hambre o ritual, ha apuntado De la Rasilla, que ha puntualizado que no se tiene información sobre el tipo de canibalismo existente aquí aunque sí que ha habido en unos "cuantos" casos, en los que "probablemente" la hambruna tenga "algo que ver".

"Lo importante es transmitir que hay varias cosas que van contribuyendo a tener más información", ha opinado el coordinador de un grupo investigador integrado por más de cuarenta componentes, que concluye que ahora se sabe con "bastante aproximación el área por donde entraron".

Asimismo, subraya que "lo interesante es que ahí puedan quedar todavía más restos que revelarían con detalle qué pasó allí", y se pregunta si pudieron ser "enterrados" o "tirados", y también "si era un lugar de habitación o sólo de agregación para las particulares tareas culinarias".

"Al menos eran doce personas, seis adultas y seis repartidas entre la adolescencia, lo juvenil y lo infantil, corpulentas y de estatura media, de las cuales se han podido identificar tres especímenes femeninos -todos ellos adultos- y seis masculinos", precisa el estudio.

La investigación determina que tenían una constitución física "especializada e inconfundible -neandertales clásicos-, con una cara más ancha y menos prognata (mandíbulas salientes) que sus homólogos del norte de Europa", y que "todos eran diestros y sufrieron en algún momento estrés fisiológico, y varios usaron la boca como una tercera mano".

La obra puntualiza que esos vestigios adquieren una dimensión "mucho más próxima" en relación al hombre actual, puesto que son "humanos con sus grandezas y sus miserias".