Abandono del tabaco gradual y sin fármacos para embarazadas o en posparto

No dar el pecho si se vuelve a fumar es una creencia errónea, afirman los expertos

La Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo busca a mujeres embarazadas, o en posparto de hasta un año, que quieran dejar de fumar. Les propone un tratamiento psicológico, sin fármacos, para reducir el consumo de tabaco, de forma gradual, y sin pasarlo mal. De otra manera, señalan, la mayoría solo reduce a 10 cigarrillos al día al principio del embarazo. Confían en alcanzar el 80% de éxito, que lograron con su programa en población general.

Una de cada cuatro fumadoras embarazadas se lo oculta a la matrona. La mayoría de las que quieren dejarlo, consiguen reducir el consumo a siete o 10 cigarros diarios.

Con este tratamiento, la reducción es gradual durante las tres primeras semanas. Buscan acabar con riesgos, desde el bajo peso del bebé al nacer, a una peor recuperación posparto.

Van pasando progresivamente a marcas con menos cantidad de nicotina. Y se registra, con un aparato, cómo va bajando ese consumo de tabaco.

En las dos semanas siguientes, trabajarán con los psicólogos las situaciones que pueden incitar a la recaída, muy habitual en el posparto.

Sara Weidberg, coordinadora del Tratamiento psicológico del Tabaquismo en embarazadas o en posparto subraya que los beneficios de dejar el tabaco siempre compensan la ansiedad que pudiera provocar en la madre. Otra creencia errónea, dice, es no dar el pecho si se vuelve a fumar.

Bebés y parejas serán bienvenidos a las sesiones.

Es muy posible que ellas también, apunta, se animen a dejar de fumar.