El sepulcro del Rey Aurelio en la iglesia de San Martín de Tours

Existe controversia sobre el paradero de los restos mortales del rey Aurelio de Asturias

El Rey Aurelio sucedió en el cargo a su primo Fruela I quien había sido asesinado, se cree, por la propia nobleza de entonces. Quizá, para evitar que se le relacionase con el crimen, decidió trasladar la corona de Cangas de Onís y, en su camino a Pravia, encontró el valle que ahora lleva su nombre. Aquí se afincó aunque no quedan vestigios de tal edificación, sí su sepulcro.

Hay una tumba en perfecto estado de conservación. Está dentro de la iglesia de San Martín de Tours, algo que tal categoría monárquica exigía y es la única que hay. Además, esa construcción está a su vez erigida sobre un templo del románico y, aunque los canecillos son las piezas más antiguas que se conservan, datan del siglo XIII, posterior al año 774 cuando el Rey Aurelio falleció. No por eso se descarta que a su vez hubiera otro pequeño oratorio en este mismo punto. Así lo señala también la crónica Sebastianense de Alfonso III.

Eso sí, no hay ni rastro de los restos del cuerpo. En la revolución del 34 ya cuentan los historiadores que alguien quiso ver qué había en el interior del sepulcro y ya no había nada, por tanto, tuvo que haber sido trasladado a otro lugar.

Está claro que el nombre del concejo al menos relaciona el territorio con el V Rey de la Monarquía Asturiana donde residió y donde las evidencias relatan que se le dio sepultura.