Javier Fernández recibe la 'Carabela' de la Federación Internacional de Centros Asturianos

Barbón destaca la importancia del legado de Fernández para afrontar la pandemia

El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha asegurado este viernes que, si Asturias ha destacado en la gestión de la pandemia de la COVID-19, se ha debido al legado que dejaron sus antecesores en el cargo y, en especial, Javier Fernández que supo que proteger los servicios públicos tras la crisis de 2008 era "la mejor herencia que podía dejar".

“No elegí gestionar una pandemia, no elegí ese tiempo político para ser presidente, el sí eligió ser presidente de Asturias en uno de los momentos más complejos de nuestra comunidad”, ha destacado Barbón durante el acto de entrega de la “Carabela” de la Federación Internacional de Centros Asturianos (FICA) a su predecesor al frente del Gobierno asturiano.

El jefe del Ejecutivo ha afirmado que en 2011 y 2012, cuando España estaba sumida en una gran recesión, Fernández aceptó ser el candidato socialista a la Presidencia del Principado pese a que sabía que iba a afrontar un periodo de “dificultad de gestión” y mientras el país optaba por cerrar hospitales, escuelas o recortar ayudas sociales y a la emigración, "optó por resistir".

Ejerció una presidencia que “sabía que resistir y proteger los servicios públicos era el mejor legado para Asturias”, ha remarcado Barbón, quien ha enmarcado la buena gestión de la pandemia del Ejecutivo autonómico en el “legado” que le dejaron sus antecesores, y en especial de Javier Fernández, que en lugar de recortar tomó la decisión de “hacer lo posible por mantener y sostener”.

Fernández ha enmarcado la distinción de la “Carabela” en haber hecho lo mismo que el resto de presidentes, que es “no olvidar en sus políticas a la Asturias emigrada” que en sus sueños ve pasar los años sin renunciar a su tierra y olvidar su profundo sentido de pertenencia.

El profundo sentido de pertenencia ha forjado en el imaginario colectivo la conciencia de que entre los asturianos hay vínculos muy poderosos, que los asturianos tienen una fuerte identidad y juntos conforman una comunidad, ha sostenido.

“Lo esencialmente asturiano es que esos vínculos no nos unen contra nadie, que nuestra identidad es abierta, porosa, flexible, compatible con otras y que esa comunidad nunca ha querido ser política”, ha remarcado Fernández.

A su juicio, la diáspora ha marcado tanto a Asturias que "no podría explicarse a sí misma sin ella”, pero las identidades “nunca están hechas”, razón por la que es tan “decisiva” la función de los centros asturianos, que desarrollan una función de defensa de la misma.

Perteneciente a una generación que creía que había que rehacer casi todas las cosas, Fernández ha dicho que ahora el mundo es consciente de que hay que trabajar para que algunas cosas no se deshagan y ha advertido de que la "asturianía asturiana" tal y como se conoce “no se deshará”.

Para plasmar en un personaje literario esa fortaleza de los vínculos entre asturianos, Fernández ha elegido al honrado gachupín de la novela Tirano Banderas.

Por su parte, el ex presidente regional Antonio Trevín ha afirmado que Fernández es “un socialista de la vieja escuela” y que su trayectoria política no tiene nada que ver con los que hacen de ella un modo de vida, sino que llegó con la vida resuelta y se quedó mientras el país y el PSOE lo necesitaban.

Por último, el presidente de la Federación Internacional de Centros Asturianos ( FICA) Manuel Barros, ha pedido al presidente Barbón que sea solidario con los asturianos residentes en Cuba que lo están pasando mal.