Los primeros compases del concierto ya anunciaban por donde iba a transcurrir la noche. Neil Tennant y Chris Lowe, convertidos en sus propios hologramas aparecían como unos mesías galácticos mientras sonaba Axis, canción con Pet Shops Boys abren su último disco.
Durante el concierto estuvieron cómplices con el público, incluso se atrevieron a hablar en español. Los láseres y las proyecciones de vídeo inundaron el patio de la Laboral en una mezcla de colores y sensaciones. Se transformó en una gran pista de baile y el que toda la escenografía estaba medida y creada para sorprender.
Su público sigue siendo fiel y valora su constante evolución. Con "It's a Sin" llegó la apoteosis y Electric Tour dejó claro que es un espectáculo para bailar y dejarse cautivar.
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