Las calles de Gijón / Xixón ya cuentan con el primero de los 34 adoquines que se instalarán en la ciudad para homenajear a gijoneses víctimas de los campos nazis.
El artista alemán Gunter Demnig lleva años colocándolos por todo el mundo, en recuerdo de las victimas de los crímenes o la represión nazi entre 1933 y 1945.
El primero de los adoquines se ha colocado en honor a Olvido Fanjul, que falleció en 2001 a los 91 años, dejando tres hijos que hoy glosan su figura y recuerdan una historia que arrancó cuando la gijonesa abandona la ciudad en barco con 1.100 niños huyendo de las bombas con destino a la Unión Soviética.
Allí todo fue bien, bien por tan solo unos años. Logró sobrevivir y fue liberada por los los 'autobuses blancos' de la Cruz Roja sueca junto con otras 300 mujeres. Posteriormente volvió a España ya casada y madre de tres hijos, pero eran republicanos, y al llegar tampoco fue fácil.
Para la familia de Olvido Fanjul, los pequeños bloques con la grabación manual del nombre, nacimiento, dato de deportación y fecha de fallecimiento o liberación, son mucho más que adoquines para el recuerdo, son el reconocimiento y la menoría de justicia democrática.
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