Pescadores y ecologistas rechazan el proyecto eólico marino del occidente

Presentan alegaciones por dañar la biodiversidad marina y advierten de que pondría en peligro varios caladeros

Entre la documentación presentada por la empresa Abei Energy para iniciar el procedimiento de evaluación de impacto ambiental aparecen las zonas de pesca que se verían afectadas por la instalación del Poniente I y del Poniente II. Del mismo modo figuran reflejadas las zonas de pesca que atravesarían los cables eléctricos submarinos en su trayectoria hasta Galicia. Situación y diseño que no han gustado a los pescadores, como explica Adolfo García, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores del Principado de Asturias.

El proyecto recoge las zonas de interés ambiental. En el interior del área de estudio se ven Zonas de Especial Protección de Aves y Zonas de Especial Conservación. Al ubicar el Poniente I en el mapa vemos que están pegados. Es el sistema de cañones submarinos de Avilés. Lo explica Nicolás López, delegado de SEObirdLife en Asturias.

Un estudio que no contempla, como reclaman pescadores y ecologistas, una evaluación del efecto multiplicador y adverso que aseguran tendrá la cercanía entre sí de los dos parques eólicos marinos. Les llama la atención que el proyecto se tramite como un único expediente cuando es un macroparque, dicen, capaz de generar la misma potencia que la obtenida por todos los aerogeneradores de tierra instalados en la comunidad.

El impacto de la éolica marina sobre la actividad pesquera es también una preocupación para la Federación Nacional de Cofradías. Este organismo acaba de pedir por escrito al Ministerio de Agricultura que estudie las consecuencias de los parques eólicos sobre costas y caladeros.

La Federación se basa en un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea que alerta del desconocimiento sobre las consecuencias económicas que este tipo de generación eléctrica tendría sobre el sector pesquero y las zonas marítimas cercanas. El informe subraya un riesgo potencial de pérdida de empleos, posibles impactos negativos en la biodiversidad y los ecosistemas y cambios en la calidad del agua.

Las cofradías piden que en España sea la Mesa de la Ciencia Pesquera, dependiente del Ministerio, la que elabore los estudios precisos de impacto socio-económico. En aguas españolas hay 5.000 kilómetros cuadrados de superficie marina reservados para potenciales polígonos eólicos.