Amelia Valcárcel sobre la Ley Trans: "La T se está comiendo a la L y a la G"

Comienza la XIX Escuela Feminista Rosario Acuña bajo el título 'La Agenda Feminista del tiempo Global'

La filósofa y feminista y miembro del Consejo de Estado Amelia Valcárcel ha considerado que el proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, conocida como Ley Trans, es "una ley mordaza" que propicia "un nuevo machismo" y ha advertido de que el colectivo transexual se está "comiendo" al de gais y lesbianas.

"La T se está comiendo a la L, a la G y a todo lo que lleva alrededor y no creo que sea eso lo que se pretende", ha afirmado Valcárcel momentos antes de participar en la inauguración de la XIX Escuela Feminista Rosario Acuña, que se celebra hasta el viernes en Gijón bajo el título "La Agenda Feminista del tiempo Global".

Valcárcel (Madrid, 1950), públicamente contraria a la ley trans, ha considerado que esta norma está "llena de equívocos" y es "un pozo de malas sorpresas", de modo que la sociedad debería reflexionar sobre ella.

Para la filósofa madrileña, el proyecto legislativo "propicia un nuevo machismo terrible", ya que si una niña es un poco discordante respecto de lo que la sociedad opina que debe ser, la hormona y opera, algo "peor" que una "terapia de conversión", ha denunciado.

A su juicio, el problema de esta norma es que es "una ley mordaza" que prevé penas impuestas por una autoridad administrativa por supuestas ofensas y que cambia la carga de la prueba, un "escenario malísimo" al que hay que negarse.

Valcárcel también se opone a la recientemente aprobada Ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida popularmente como la "ley del solo sí es sí", al considerarla "innecesaria".

En su opinión, sería más conveniente haber incluido en el texto la abolición de la prostitución y haber evitado realizar una legislación separada.

El PSOE ha presentado en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para perseguir penalmente el proxenetismo y multar a quienes acuden a la prostitución, un paso que a juicio de Valcárcel supone "afrontar por primera vez un problema" que hay en España y que parece que no se está queriendo ver.

"¿Cómo es posible que España sea el segundo país en destino de trata?", se ha preguntado la filósofa madrileña, quien ha puesto el foco en el putero, ya que "las mujeres no son traficadas si no existe demanda".

Para Valcárcel, en una sociedad abierta con mujeres libres un varón no debe "dominar y humillar a alguien aunque solo sea un ratito", por lo que ha abogado por dar un “claro signo” de que ese tráfico debe ser interrumpido porque está "por debajo de lo que el ser humano merece".

Ampliando el foco al ámbito global, la filósofa ha advertido de que "el mundo se está volviendo peligroso" y "el proceso de globalización con una guerra abierta en el norte de Europa está demostrando que no va a ser fácil".

"O defendemos todas nuestras libertades o esto se pone muy mal", ha sostenido Valcárcel, quien ha rechazado la violencia como elección preferente para arreglar una situación frente a la paz.

Además, ha asegurado que las mujeres no tienen "nada que ganar" en una situación de violencia y ha destacado que el feminismo es pacifista porque el desarrollo de las libertades de las mujeres necesita de sociedades abiertas y pacíficas.

"No podemos ser optimistas sobre cómo va el mundo pero pesimistas tampoco porque en peores plazas hemos toreado", ha remarcado la consejera de Estado.

Por otra parte, se ha referido al fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos que revoca la protección al derecho a abortar al considerar que la Constitución no la garantiza.

Valcárcel, que ha precisado que en términos jurídicos el Alto Tribunal ha dicho que no se puede utilizar una enmienda para defender un tema que nunca ha sido ley federal, ha denunciado que el resultado práctico de esa decisión pasa por que cada estado legislará como mejor le parezca y los conservadores propician legislaciones que hacen casi imposible que una mujer pueda decidir sobre su embarazo.

En su opinión, no se puede hacer un embarazo obligatorio sin que después "no se fragilicen y conmuevan las demás libertades".